martes, 28 de abril de 2015

EL CRITICISMO, KANT, EL IDEALISMO Y HEGEL



 EL CRITICISMO
El criticismo es la doctrina expuesta por IMMANUEL KANT, el cual decía que el conocimiento se da gracias a las ideas a priori que hay en la mente y a la experiencia q ofrece ideas a posteriori.




Kant denomina el criticismo como:

 "aquel método de filosofar que consiste en 

investigar las propias afirmaciones y 
objeciones y las razones en las que las
 mismas descansan, método que da la
esperanza de llegar a la certeza".




El criticismo comienza con una doble crítica al racionalismo y al empirismo, pues se considera que estos dos planteamientos han tenido en cuenta sólo un punto de vista de la realidad por lo que no han tomado en cuenta el papel activo que deben desarrollar las personas en el acto de conocer.



·                     IMMANUEL KANT:
Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg, en Prusia, ciudad que contaba en la época con unos 50.000 habitantes y un floreciente comercio e industria, siendo la capital del ducado prusiano. Su padre, Johann-Georg, que era sillero de profesión, se había casado en 1715 con Anna Regina Reutercon la que tuvo nueve hijos, siendo el cuarto Immanuel. A pesar de la afirmación de Kant de que su familia era de origen escocés ha podido comprobarse la inexactitud de esa creencia; su bisabuelo, por parte paterna, era originario de Prölkus, perteneciente actualmente a Lituania, y la familia de su madre era originaria de Nüremberg, aunque es cierto que dos de sus tías abuelas se casaron con escoceses, lo que puede estar en el origen de esa creencia. 
A finales del siglo XVII y principios del XVIII, como protesta contra la ortodoxia religiosa, en la que predominaban las formas dogmáticas frente a la vivencia de la fe, se extendió por Alemania el pietismo, tendencia religiosa que fue seguida por los padres de Kant, y que sin duda ejerció una honda influencia en Kant, quien se refiere a sus padres siempre con veneración, recordando a su madre como una persona bondadosa, austera y profundamente religiosa.
A los ocho años de edad, en 1732, ingresa en el
 la mejor escuela de Königsberg, que sería dirigida
 desde 1733 por F. A. Schultz, quien había estudiado
 Teología en Halle con los pietistas y filosofía con 
C. Wolff, y que era amigo y consejero de la familia
 de Kant. El pietismo dominaba también toda la
 organización del colegio, lo que suponía una 
profunda religiosidad y un tipo de vida dominado por la austeridad. Allí adquirió Kant sólidos conocimientos de las lenguas clásicas, así como de matemáticas y lógica.
En 1740 ingresó en la Universidad de Königsberg, que contaba entonces con tres Facultades "superiores" (Teología, Derecho, Medicina) y una "inferior" (Filosofía). Kant se matriculó en la Facultad de Filosofía, según era costumbre, sin inscribirse en ninguna de las Facultades "superiores". Allí asistió a las lecciones de Teología de Schultz, pero centró su interés en la Filosofía, las Matemáticas y las Ciencias naturales.
La filosofía entonces predominante en Alemania era el racionalismo de Christian Wolff, quién publicó sus obras en alemán, y no en latín, como era todavía la costumbre mayoritaria, penetrando su pensamiento profundamente en todos los círculos culturales de mediados del siglo XVIII. También en la Universidad de Königsberg dominaba la filosofía de Wolff. Allí entabló Kant amistad con uno de sus profesores, M. Knutzen, wolfiano, quien le inició en el estudio de las obras de Newton y Wolff, y puso a su disposición su biblioteca personal. Pero también se puso al corriente de las tendencias empiristas que procedían de Inglaterra y de los ideales de la Ilustración, de Francia.
En 1747 termina sus estudios en la Universidad y ejercerá, hasta 1754, como profesor privado en Judschen, Osteroden y Königsberg, siendo muy apreciado por los familiares de sus discípulos. En 1755 obtendrá en la Universidad de Königsberg el título de Doctor en Filosofía, con una disertación "Sobre el fuego". Posteriormente defendió una tesis en latín sobre los primeros principios de la Filosofía, con la que obtuvo la habilitación para ejercer como profesor auxiliar (Privatdozent) en la Universidad de Königsberg, en la que permanecería ya a lo largo de toda su carrera docente.
Como Privatdozent, puesto que ocupó durante 15 años, le correspondía enseñar las más variadas disciplinas, como matemáticas, física, lógica, metafísica, antropología y geografía, etc., contándose estas dos últimas entre sus lecturas preferidas, y alcanzando sus conferencias sobre estos temas gran difusión entre sus discípulos y el público en general. En 1769 las Universidades de Erlangen y Jena le ofrecieron sendas cátedras que Kant rechazó, siendo propuesto al año siguiente para la de Lógica y Metafísica de la Universidad de Königsberg, tomando posesión de ella el año 1770 con la famosa Disertación "Sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible", que se considera como el punto de partida del llamado "período crítico", a lo largo del cual Kant desarrollará su propia filosofía.
Con su nombramiento como Catedrático su labor docente le ocupa menos tiempo, pudiendo dedicarse más intensamente a ordenar sus pensamientos y a desarrollar su filosofía. Pero el tiempo que creía suficiente para ello se fue alargando considerablemente y, pese a haber anunciado repetidamente la aparición de su obra, ésta no será publicada hasta 11 años después, en 1781, con el título de "Kritik der reinen Vernunft" (Crítica de la razón pura). A ella le siguieron, con relativa continuidad, los "Prolegómenos para toda metafísica futura", en 1783, en la que pretendía exponer con mayor claridad que en la anterior los principios de su filosofía, la "Fundamentación de la metafísica de las costumbres", en 1785, y, entre otras, sus dos restante obras "Críticas". (Ver obras).
En 1783 compró una casa en Königsberg en la que viviría hasta su muerte. Kant gustaba de las relaciones sociales, (aunque no contrajo matrimonio), y matuvo una tertulia con un grupo de amistades a lo largo de toda su vida. Excepto en sus años de profesor particular, Kant no salió de Königsberg, donde llevó una vida que se caracterizó por su sencillez, regularidad, y ausencia de perturbaciones, a no ser el conflicto que mantuvo con la censura bajo el reinado de Federico Guillermo II, a raíz de la publicación de su obra "La religión dentro de los límites de la mera razón". Probablemente el emperador se sintiera amenazado por la difusión de los ideales de la Ilustración en Alemania y el triunfo de la Revolución francesa, de los que Kant era ferviente admirador. Kant se vio obligado a firmar un escrito comprometiéndose a no volver a hablar ni a escribir públicamente de religión, promesa de la que se sintió desvinculado a la muerte del emperador, ocurrida en 1797.
El 12 de febrero de 1804 moría en su ciudad natal, siéndole rendidos los últimos honores en un gran funeral. Para entonces la filosofía de Kant había alcanzado ya gran difusión y aceptación en los principales círculos culturales de Alemania y un considerable eco en el resto de Europa.



   EL IDEALISMO

El idealismo es la familia de teorias filosoficas que afirman la primacía de las ideas o incluso su existencia independiente. Un sinónimo es el inmaterialismo.
Según Mario Bunge, existen dos variantes principales del idealismo: el objetivo y el subjetivo.
El idealismo supone que los objetos no pueden tener existencia sin que haya una mente que esté consciente de ellos. Para poder conocer las cosas, se debe tomar en cuenta la conciencia, las ideas, el sujeto y el pensamiento. Platón, Berkeley y Kant son algunos de sus representantes.
                               
El idealismo bjetivo sostiene que las ideas existen por sí mismas y que sólo podemos aprenderlas o descubrirlas mediante la experiencia. Algunos representantes del idealismo objetivo son Leibniz, Hegel, Bernard Bolzano, Dilthey.  

La ciencia y la tecnología no interfieren en el idealismo, pues ambas dependen sobre todo de la percepción del mundo exterior para modificarlo conforme al conocimiento. Donde la percepción en sí, no es ninguna temática contraria al idealismo.

·                     HEGEL:

Las obras de Hegel tienen fama de difíciles por la amplitud de los temas que pretenden abarcar. Hegel introdujo un sistema para entender la historia de la filosofía y el mundo mismo, llamado a menudo “dialéctica”: una progresión en la que cada movimiento sucesivo surge como solución de las contradicciones inherentes al movimiento anterior. Por ejemplo, la Revolución francesa constituye para Hegel la introducción de la verdadera libertad a las sociedades occidentales por primera vez en la historia.

Sin embargo, precisamente por su novedad absoluta, es también absolutamente radical: por una parte, el aumento abrupto de violencia que hizo falta para realizar la revolución no puede dejar de ser lo que es, y por otra parte, ya ha consumido a 

su oponente. La revolución, por consiguiente, ya no tiene hacia dónde volverse más que a su propio resultado: la libertad conquistada con tantas penurias es consumida por un brutal Reinado del terror. La historia, no obstante, progresa aprendiendo de sus propios errores: sólo después de esta experiencia, y precisamente por ella, puede postularse la existencia de un Estado constitucional de ciudadanos libres, que consagra tanto el poder organizador benévolo del gobierno racional y los ideales revolucionarios de la libertad y la igualdad. "En el pensamiento es donde reside la libertad".

En las explicaciones contemporáneas del hegelianismo para las clases preuniversitarias, por ejemplo: la dialéctica de Hegel a menudo aparece fragmentada, por comodidad, en tres momentos llamados “tesis” (en nuestro ejemplo, la revolución), “antítesis” (el terror subsiguiente) y “síntesis” (el estado constitucional de ciudadanos libres). Sin embargo, Hegel no empleó personalmente esta clasificación en absoluto; fue creada anteriormente por Fichte en su explicación más o menos análoga de la relación entre el individuo y el mundo. Los estudiosos serios de Hegel no reconocen, en general, la validez de esta clasificación, aunque probablemente tenga algún valor pedagógico.

El historicismo creció significativamente durante la filosofia de Hegel. De la misma manera que otros exponentes del historicismo, Hegel consideraba que el estudio de la historia era el método adecuado para abordar el estudio de la ciencia de la sociedad, ya que revelaría algunas tendencias del desarrollo histórico. En su filosofía, la historia no sólo ofrece la clave para la comprensión de la sociedad y de los cambios sociales, sino que es tomada en cuenta como tribunal de justicia del mundo.

La filosofía de Hegel afirmaba que todo lo que es real es también racional y que todo lo que es racional es real. El fin de la historia era, para Hegel, la parusía del espíritu y el desarrollo histórico podía equipararse al desarrollo de un organismo, los componentes trabajan afectando al resto y tienen funciones definidas. Hegel dice que es una normadivina, que en todo se halla la voluntad de Dios, que es conducir al hombre a la libertad; por ello es panteista. Justifica así la desgracia histórica: toda la sangre y el dolor, la pobreza y las guerras son "el precio" necesario a pagar para lograr la libertad de la humanidad.